Natalia Durán, dietista y experta en microbiota: "3 aliados para mantener la inflamación a raya este verano"
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Durante el verano, el aumento de la temperatura y la humedad puede afectar de forma significativa a quienes padecen enfermedades inflamatorias o autoinmunes. Esto se debe, en parte, a que estas condiciones alteran el equilibrio de la microbiota intestinal, según apuntan investigaciones recientes como la de Guo et al. La dietista Natalia Durán, especializada en salud intestinal, advierte de la importancia de proteger el intestino en esta época y nos ofrece “3 aliados para mantener la inflamación a raya este verano pueden marcar la diferencia”.
Uno de los recursos más recomendables para proteger el intestino en verano es el probiótico Saccharomyces boulardii. Esta cepa ha demostrado ser útil para prevenir diarreas y restaurar la microbiota tras alteraciones agudas, especialmente en contextos como viajes o comidas fuera de casa. “Es un gran aliado porque ayuda a mantener la barrera intestinal fuerte y reduce la inflamación”, explica Durán. Ensayos clínicos como el de McFarland avalan su efectividad, con resultados del 84 % en prevención de diarrea asociada a antibióticos.
Las comidas veraniegas suelen ser más abundantes o diferentes a las habituales, lo que puede sobrecargar el sistema digestivo. En estos casos, las enzimas digestivas pueden marcar la diferencia. Tal como recoge un estudio clínico publicado por Ullah et al., su uso reduce la hinchazón abdominal y mejora el confort digestivo general. “Son una ayuda muy útil cuando el ritmo y los menús cambian”, apunta la experta. Además, favorecen un descanso más reparador al reducir las molestias tras las comidas.
La L-Glutamina, un aminoácido que apoya la salud intestinal, es otra de las recomendaciones clave de la dietista. En momentos de estrés, calor o desajustes alimentarios, contribuye a mantener la integridad de la mucosa intestinal, según estudios como el de Achamrah et al.. “Cuando el intestino está protegido, el sistema inmune responde mejor y hay menos riesgo de inflamación crónica”, destaca Durán. Para ella, prevenir los desequilibrios es la mejor estrategia para quienes buscan pasar un verano sin recaídas ni brotes digestivos.
El Confidencial